La Transferencia Tecnológica es el proceso a través del cual se moviliza el conocimiento científico-tecnológico desde donde se crea hacia donde se puede aplicar, con el objetivo de desarrollar nuevas soluciones, productos y servicios. Este proceso, cuando escala a múltiples sectores y ámbitos, permite a los países incrementar su productividad y con ellos su competitividad. La forma más común de medir la transferencia tecnológica es a través de dos indicadores:
i) La creación de nuevas empresas de base tecnológica (también llamadas Start-Ups) que se fundan a partir del nuevo conocimiento generado, y
ii) El licenciamiento del nuevo conocimiento científico-tecnológico hacia empresas establecidas las que incorporan ese conocimiento a sus operaciones.
La transferencia tecnológica se puede acelerar a través de diferentes formas. Por ejemplo acercando tempranamente los problemas específicos que "demandan" nuevos conocimientos a quienes desarrollan proyectos de investigación y desarrollo (I+D) para este propósito. Esto le imprime a estos esfuerzos foco hacia la trasferencia de sus resultados. Otro ejemplo es facilitando la protección de la propiedad intelectual (PI) generada. Sin adecuados mecanismos de protección de la PI su transferencia es más difícil, incierta y lenta. Un tercer ejemplo es tener continuidad de financiamiento de los proyectos de I+D con alto potencial comercial de modo que lleguen hasta la transferencia de sus resultados y no queden sin recursos en etapas intermedias. Un cuarto ejemplo es el programa I-Corps de la NationalScienceFoundation (NSF) de los Estados Unidos. Este programa entrena y entrega capacidades a científicos e ingenieros para que amplíen su enfoque más allá del laboratorio de investigación lo que acelera los beneficios económicos y sociales de los proyectos de investigación que financia.
Hay varios países que han implementado políticas exitosas de incentivo a la transferencia tecnológica. Por ejemplo Alemania con sus 58 Centros Fraunhofer de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica, especializados en diferentes ámbitos sectoriales. Israel, con su idea del "Start-Up Nation" que promueva una cultura de innovación, emprendimiento y trasferencia tecnológica desde la edad escolar. Finlandia con su política de "clusters" en torno a sus sectores intensivos en recursos naturales como el forestal, químico y minero. Esta política fomenta la interacción entre diferentes actores de los encadenamientos productivos de modo de generar innovaciones tecnológicas que incrementen la productividad de todo el sector.
Los procesos de transferencia tecnológica en las Universidades y Centros de Investigación, chilenos se han ido sistematizando en los últimos 5 años, y por tanto los resultados todavía son modestos. Las Universidades por ejemplo, recientemente han creado sus Oficinas de Transferencia Tecnológicas, también llamadas OTLs y han incorporado y sistematizado capacidades en esta materia.Lo que deberíamos observar a futuro es un creciente número de proyectos que generan un real impacto en la sociedad. Con un poco de optimismo, deberíamos observar un incremento de emprendimientos innovadores como Cornershop, TheNot Company, Crystal Lagoons. Este tipo de empresas no solo generan empleo y un rápido crecimiento sino que, por su base tecnológica, logran aumentos relevantes de la productividad es sus sectores y en definitiva en el país.
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