En la comunidad empresarial chilena, esta es la época de las frases en latín, ciertamente muy potentes para describir en pocas palabras conceptos a veces complejos. Como "colaborar para innovar": qué significa realmente y cuál es su impacto.
Ejemplos hay muchísimos. Una empresa de retail colabora con una compañía de seguros y una empresa tecnológica y de telecomunicaciones para idear y lanzar al mercado un seguro de auto que premia a los buenos conductores y castiga a los malos; una aerolínea de bajo costo se une con una plataforma de video a demanda (VOD) para generar una experiencia visual y turística única; una entidad que administra las compras públicas establece una política de "compras innovadoras" que genera nuevos espacios y oportunidades para innovar entre los proveedores de bienes y servicios al Estado; una empresa de alimentos que trabaja directamente con sus consumidores finales para desarrollar nuevas fórmulas, envases y experiencias de consumo; y una ONG -que presta servicios educacionales en África- colabora con una empresa tecnológica de Silicon Valley para otorgar contenidos educativos de manera gratuita a alumnos de bajos recursos en ese continente.
¿Tienen resultados concretos estas iniciativas para innovar colaborativamente? Por supuesto que sí, y muy significativos; pero para asegurar el éxito hay que cuidar algunos aspectos:
- Identificar y definir bien el "espacio" (problemática-oportunidad) común para innovar. La ecuación debe ser siempre "gana-gana". La colaboración existe y prospera si hay un valor concreto que la sustente, para todas las partes involucradas.
- Asegurar relaciones contractuales claras y precisas entre las partes para el proceso de co-innovación. Firmar Acuerdos de Confidencialidad y tener en cuenta la propiedad intelectual de los aportes de las distintas partes es clave para asegurar la participación abierta y activa bajo las reglas del juego que se definan.
- Aportar el presupuesto y gente calificada para asegurar que el proceso de ideación e incubación de los proyectos no colapse o se detenga por falta de recursos y antes de llegar a una decisión final para implementar un proyecto conjunto, la co-innovación buscada.
- Aplicar metodologías y herramientas colaborativas de creatividad que aseguren la generación de ideas disruptivas y de alto valor, así como su incubación y posterior implementación en modalidad colaborativa.
Desde la Red de Innovadores de Chile (RICh), estamos en una inmejorable posición para apoyar la innovación colaborativa entre todos sus miembros y la comunidad. Se realizan actividades de "networking" y alianzas estratégicas que la promueven; contamos con una plataforma tecnológica colaborativa en que los participantes pueden aportar ideas a los Desafíos País que se han definido; y nuestros miembros son activos colaboradores e innovadores en todas las instituciones públicas y privadas que conforman la Red. Participar entonces en RICh es una forma interesante y proactiva de co-innovar en beneficio de todos.